Creada en 1973 sobre una franja costera de catorce kilómetros y con una superficie de 160 hectáreas, protege el lugar de nidificación y reproducción de unas diez mil parejas de pingüinos de Magallanes que regresan año a año entre septiembre y abril.
A 28 km al sur de Camarones, sobre un camino costero de increíble belleza, se llega a la entrada de la Reserva donde el guardaparque informa sobre las actividades y los puntos a visitar: la pingüinera, el trekking a Cabo Dos Bahías, el mirador y Caleta Sara.
Pingüinera: una pasarela elevada de un kilómetro permite avistar estas aves sin interferir en su vida cotidiana. Entre septiembre y abril se puede observar la llegada de los pingüinos, el armado de los nidos, los pichones recién nacidos, el cambio de plumaje, a los adultos alimentando a sus crías, descansando, vocalizando o caminando hacia la costa para sumergirse en el mar. Es común ver aves que predan sobre sus huevos y pichones, como petreles, skúas, caranchos y gaviotas.
Al final de la pasarela nos encontramos con la Isla Moreno donde habita una colonia de lobo marino de un pelo.
Trekking Cabo Dos Bahías: sendero costero hasta el Cabo Dos Bahías, de dificultad media, de 2 horas aprox. ida y vuelta hasta uno de los mayores apostadores de lobos marinos de dos pelos de Patagonia Azul y el único que se puede visitar desde el continente. También se observan guanacos, choiques, maras y zorros grises.
Mirador: de acceso vehicular, se llega hasta el punto panorámico donde se observan el cabo y las dos bahías que le dan su nombre a la reserva, y varias islas del PIMPCA, como Aguilón, Sola y Leones.
Caleta Sara: el antiguo Club Náutico de YPF fue restaurado para recibir visitantes. Con impronta local, propone pasar el día o alojarse en viejos trailers reacondicionados. Baños, duchas y un restaurante con comida regional invitan a disfrutar de esta singular caleta de extraordinaria belleza. Se pueden hacer caminatas, stand up paddle o kayak.